Apariencias y Realidades
Estas agrupaciones se presentan en los mapas estelares antiguos como figuras o dibujos geométricos para su más fácil identificación. Están ilustradas con orientación hacia el norte y sus figuras son históricamente permanentes, aunque sus estrellas se mueven en el espacio y están tan lejanas y separadas entre sí que, no obstante el transcurso de los siglos, nos parecen fijas engastadas en la esfera celeste, a diferencia del sol, la luna y los planetas, tan inmediatamente cercanos que podemos advertir su movimiento por las constelaciones zodiacales entre las que se desplazan en periodos tan cortos, como días o semanas.
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Desde nuestra posición y tiempo en que vivimos configuramos las constelaciones y sus estrellas como si estuvieran “fijas” y engastadas en la esfera celeste, ilusión finita del espacio abierto y profundo del cosmos. En efecto, las estrellas se encuentran en el espacio a diferentes distancias entre ellas y en relación a nuestra propia estrella, el Sol. Si cambiáramos de posición en la Galaxia, de la cual formamos parte, las estrellas estarían de otra manera dispuestas y configuradas, brillando con diferentes magnitudes, tanto más cuanto más lejano nos internemos en las profundidades del espacio galáctico.
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Entre más lejanas estén las estrellas de una misma constelación, mayores diferencias tendrá el aspecto del cielo observado desde un hipotéticos planeta de las mismas. Por ejemplo: Sirio del Can Mayor, la más brillante estrella en nuestro cielo, (a 8.6 años luz de distancia), observado desde la vecina Rigel (a 777 a-l), sería una estrellita insignificante perdida junto con el sol en dirección a la constelación de Ofiuco y esta última a su vez, vista de Canopus (a 314 a-l) seguiría siendo brillante pero desplazada en dirección a la constelación de Lira.
Desde la Tierra los espacios entre los astros se miden geométricamente en ángulos, cuyo vértice es el ojo del observador. Así por ejemplo, entre las estrellas Póllux y Cástor, en la constelación de los Gemelos, la primera se encuentra a 33 años-luz de distancia y la segunda a 51. La distancia angular entre ambas estrellas es de 4º 30’, aunque en el espacio están realmente separadas a 18 años-luz la una de la otra. |
Historia de las Constelaciones
La observación de las constelaciones, al igual que las estrellas que las configuran, es tan antigua como la civilización. Cada pueblo o cada lengua agrupaban a las estrellas de manera independiente, asociadas a figuras o personajes alegóricos con sus respectivas leyendas. Algunas de estas agrupaciones son tan antiguas como las culturas mesopotámicas y egipcias.
Claudio Tolomeo, astrónomo de Alejandría en el siglo II d.C., catalogó y describió 48 constelaciones en su obra el Almagesto, basado en el catálogo de estrellas de su predecesor Hiparco de Rodas. Almagesto es el nombre árabe del tratado astronómico Hè megalè syntaxis, (“composición matemática”, en español), que significó la mayor y más consultada referencia astronómica de la que dispuso la ciencia por los siguientes 14 siglos. Los antiguos astrónomos Hiparco de Rodas y Claudio Ptolomeo de Alejandría.
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En el trascurso de los siglos siguientes, especialmente en la época de las exploraciones en los mares del sur, a partir del siglo XV, se incluyeron algunas constelaciones menos extensas, o poco brillantes.
Fueron bautizadas y cartografiadas al capricho de los astrónomos y las novedades o invenciones de la época, en especial aquellas del hemisferio sur poco vistas, o totalmente invisibles en los cielos de Europa (Microscopio, Grulla, Tucán, Escultor, Indio. Hornillo, Reloj, Retículo, Camaleón, Ave del Paraíso, etc.), incluyendo la Cruz del Sur que se encuentra siempre debajo del horizonte para aquellos observadores situados al norte de la latitud 30º Norte. A la lista de constelaciones también se agregaron otras tantas, nombradas para halagar a monarcas y personajes famosos, (El Arpa de Jorge, La Encina de Carlos, el Toro de Poniatowski, el Cetro de Brandeburgo, etc), tantas que la Unión Astronómica Internacional en 1922 oficializó con sus nombres en latín únicamente 88 constelaciones, entre las que figuran algunas más antiguas y destacadas, como Dragón, Osa Mayor, Hidra, Hércules, Escorpión, etc., hasta otras menos brillantes e inconspicuas (Sextante, Flecha, Zorra, Lagarto, Dorado, etc.). Gracias a nuestra posición latitudinal cerca del ecuador terrestre gozamos en Nicaragua el privilegio de observar casi todas ellas, con la excepción de Octante, situada en el polo sur celeste y otras más pequeñas que la circunscriben como Camaleón, Ave del Paraíso y Mesa situadas a ras del horizonte sur, por donde asoman por breve tiempo. |
Dos imágenes de la constelación de Orión.
1. Fotografía a color de la constelación, con estrellas telescópicas en el trasfondo. (astromadness.co.uk) 2. Grabado de Uranometría de Bayer (1603), inspirado en la mitología clásica. (U.S. Naval Observatory Library) |
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Las culturas indígenas del continente americano tuvieron, (y aún conservan), representaciones estelares en sus respectivas lenguas y creencias míticas, tales como los antiguos mayas, incas y aztecas, al igual que los actuales indígenas del suroeste de los Estados Unidos, o del Amazonas.
En la lengua náhuatl, que hablaban tanto los aztecas como los nicaraos que poblaron el istmo de Rivas y otros grupos nahuatlatos en Managua y Chinandega, encontramos nombres de constelaciones con el prefijo Citlalli, que significa estrella. Como ejemplos citamos las siguientes: Citlatianquixtli “el mercado”, (Las Pléyades); Citlalcólotl “el Escorpión”; Citlaltachtli “la cancha del juego de pelota”, (Los Gemelos); Citlatlmamahuaztli “las astillas para sacar fuego”, (Casiopea); Citlalozomatli “el mono”; Citlalcóatl “la serpiente”, etc. |
Un asterismo llamativo y comúnmente observado en las noches de verano son las Pléyades, antes citadas. Son mencionadas en la Biblia, La Odisea, el Popol Vuh, etc. Se localizan en la constelación del Toro. El nombre significa en griego “estrellas para navegar”, pues aparecían en los cielos mediterráneos en la época de los vientos favorables para la navegación. En nuestra lengua vernácula son llamadas “Siete Cabritas”, aunque una vista normal sólo alcanza a contar seis. Entre las culturas indígenas este grupito tiene sus propios nombres, como Pupuwita, “las estrellas guías” en miskito; Kalpas, “la huella del pie” de los mayangnas y Karru en la antigua lengua ulúa-matagalpa.
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Un viejo refrán popular contaba al respecto:
Cuatro son las Tres Marías, Cinco los Cuatro Elementos, Ocho las Siete que brillan, Once los Diez Mandamientos. Por otra parte, los llamados “Ojitos de Santa Lucia” son un par de estrellas de 4ª magnitud muy cercanas entre si, junto a la estrella Aldebarán del Toro. Forman parte del grupo denominado Híades. Aldebarán en árabe ‘significa “la seguidora” (de las Pléyades). |
Las Pléyades cubren un espacio equivalente a dos lunas llenas. Son mucho más estrellas cuando vistas con binoculares y telescopios. (Sky and Telescope).
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Las Constelaciones Zodiacales
Los astrónomos de la antigüedad, caldeos, egipcios, griegos, etc., lograron ubicar doce constelaciones que en forma consecutiva ocupaban una banda estelar conocida desde lejanos tiempos con el Zodíaco, porque ocho de estas figuras corresponden a nombres de animales, naturales o ficticios.
Tierra durante sus movimiento alrededor del sol, cuyo plano está inclinado 23º 27’ con relación al ecuador. |
Las constelaciones zodiacales se encuentran a lo largo de la proyección de la órbita de la Tierra en su curso alrededor del sol en la esfera celeste, el cual aparenta desplazarse mes a mes de una agrupación a la siguiente.
En el dibujo de abajo, entre Agosto y Septiembre, la constelación de León se encuentra en conjunción con el Sol, debido a la `posición opuesta de la Tierra en su órbita alrededor del Sol. |
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Inclinación de la Eclíptica en relación con el Ecuador Celeste. Su orientación en la esfera celeste, corresponde a la de un observador situado a 40º de latitud norte.
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El Zodíaco está dividido a lo largo de la eclíptica en doce espacios de 30º de longitud llamados “signos”, cada uno ocupado por una determinada constelación. Hace 2,000 años, a cada signo correspondía la constelación del mismo nombre, pero a causa de un movimiento cónico del eje de la Tierra llamado precesión de los equinoccios, completado cada 27,780 años, ese orden está desfasado en la actualidad, de tal manera que el signo de Aries, por ejemplo, se encuentra hoy ocupado por la constelación precedente (Peces) y así con los siguientes signos.
Los astrólogos en sus horóscopos y predicciones siguen con el sistema antiguo, de tal manera que, de acuerdo con el ejemplo anterior, el sol se proyecta en el signo de Aries entre el 21 de Marzo y el 19 de abril, que está ocupado por la constelación de Peces en el cielo de hoy en día. De todos modos, esto no tiene ningún efecto, científicamente hablado, sobre la supuesta influencia del signo en la vida de los que nacieron, nacen o nacerán en tales meses y pronósticos.
Los astrólogos en sus horóscopos y predicciones siguen con el sistema antiguo, de tal manera que, de acuerdo con el ejemplo anterior, el sol se proyecta en el signo de Aries entre el 21 de Marzo y el 19 de abril, que está ocupado por la constelación de Peces en el cielo de hoy en día. De todos modos, esto no tiene ningún efecto, científicamente hablado, sobre la supuesta influencia del signo en la vida de los que nacieron, nacen o nacerán en tales meses y pronósticos.
Mapas y figuras estelares
Figura completa de la constelación Osa Mayor, más conocida por el asterismo que forman las siete estrellas brillantes situadas en las ancas y la cola, excesivamente alargada, en la figura del animal. (Iustración con Stellarium).
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En los mapas estelares cada constelación está enmarcada en espacios definidos por límites geométricos, trazados en sentido de norte a sur y de oeste a este. Los espacios encierran estrellas desde las más brillantes hasta las más débiles, de las más cercanas a las más lejanas, según son vistas desde la Tierra,o de cualquier otro lugar del sistema planetario).
Para facilitar su observación, es común en los mapas estelares enlazar con líneas imaginarias las principales o más brillantes estrellas formando figuras llamadas asterismos y no esperar necesariamente que las constelaciones presenten alguna similitud con los nombres a ellas aplicadas, salvo en algunos pocos casos como la Cruz del Sur, Escorpión y el Triángulo Austral. Estas figuras imaginarias y sus nombres varían de una cultura a otra según la imaginación de sus pueblos. En la Nicaragua rural, por ejemplo, se conoce a Orión como “El Arado” y las Pléyades, como “Siete Cabritas”. La Osa Mayor es para los angloparlantes la “Big Dipper”, traducido como el “Gran Cucharón”.
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Las Híades con Aldebarán del Toro simulan el pequeño cráneo de un ciervo, suspendido de la piel, tendida entre las estrellas de Orión en un extremo y el grupo de las Pléyades en el otro. El conjunto es llamado “El Cuerito de Venado” por nuestros campesinos.
Esta imagen está orientada cuando ambas constelaciones bajan por el occidente, con las Pléyades, próximas al horizonte en las primeras horas de la noche de Abril. |
Dibujo y diagrama de la constelación de Sagitario y su asterismo llamado “la cafetera”.
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Por lo general, las constelaciones de la esfera celeste son todas visibles sobre el horizonte únicamente en el ecuador terrestre. Los países tropicales pueden observar casi la totalidad de ellas, pero a medida que el observador se interna en el hemisferio terrestre donde habita, el número de constelaciones situadas en el hemisferio opuesto dejan de ser visibles. A manera de ejemplo, la Osa Mayor es circumpolar (siempre visible) en el norte de Estados Unidos y los países de Europa, donde por otra parte es imposible observar la Cruz del Sur. A la inversa, esta constelación es circumpolar al sur de Argentina, pero no la Osa Mayor cuya presencia esta siempre debajo del horizonte en ese país austral.
Entre las latitudes de 11º a 15º que limitan Nicaragua son visibles todas las constelaciones de ambos hemisferios, salvo la llamada Octante, que ocupa el polo sur celeste, cuyas estrellas de escasa magnitud son invisibles por estar siempre debajo del horizonte. La circundan las constelaciones Mesa, Camaleón y Ave del Paraíso, igualmente pequeñas, poco brillantes y de escasa altura sobre el horizonte vistas desde nuestro país.
Entre las latitudes de 11º a 15º que limitan Nicaragua son visibles todas las constelaciones de ambos hemisferios, salvo la llamada Octante, que ocupa el polo sur celeste, cuyas estrellas de escasa magnitud son invisibles por estar siempre debajo del horizonte. La circundan las constelaciones Mesa, Camaleón y Ave del Paraíso, igualmente pequeñas, poco brillantes y de escasa altura sobre el horizonte vistas desde nuestro país.
Posiciones de la Osa Mayor durante las cuatro estaciones del año, describiendo un círculo completo sobre el horizonte alrededor de la Estrella Polar, vista como constelación circumpolar al partir de la latitud 40º al Norte. En el otro hemisferio brilla la Cruz del Sur que es circumpolar a partir de la latitud 35º al Sur.
Constelaciones del Hemisferio Norte Celeste
Constelaciones del Hemisferio Sur Celeste
Constelaciones de Octubre
LEYENDAS Y MITOS
Se ha seleccionado para este mes de Octubre las constelaciones de Lira, Aguila y Cisne, cuyas respectivas estrellas Vega, Altair y Deneb, de primera magnitud, forman un amplio triángulo, mejor conocido como Triángulo del Verano (Summer Triangle) en el hemisferio Norte; con sus respectivos mapas estelares y dibujos de la Uranographia, de Johannes Hevelius, astrónomo y cartógrafo polaco, publicado en 1690.
También se incluyen a Casiopea, Cefeo y Pegaso. |
En cada mapa se han señalado otros objetos, como nebulosas y galaxias lejanas catalogadas en el New General Catalogue of Nebulae and Clusters of Stars, (abreviado NGC), así como otros objetos de aspecto difuso, tal como los vio a través de los instrumentos de su época, catalogó y enumeró, el astrónomo francés Charles Messier en 1771, (marcados en los mapas con una M seguida por un número), con el objeto de diferenciarlos de los cometas y cuya identidad no estaba entonces debidamente esclarecida. Los objetos Messier son 114, algunos distinguibles a simple vista, o por medio de binoculares y pequeños telescopios.
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LA VÍA LACTEA
Unas cien mil millones de estrellas, (quizás el doble de esa cIfra), conforman nuestra Galaxia, de la cual forma parte nuestro sol. Vista desde nuestra posición hacia su periferia, este sistema se proyecta en la esfera celeste como banda blanquecina, a la que más propiamente llamamos Vía Láctea, a manera de un arco luminoso que se extiende de un horizonte al otro opuesto, en cambiantes direcciones según la época del año.
En Octubre su trayecto es del horizonte Suroeste (SW) a Noreste (NE), una vez pasado el meridiano, haciendo de trasfondo de las constelaciones sucesivas Escorpión, Sagitario, Águila, Lira, Cisne, Cefeo y Casiopea: (Scorpio, Sagittarius, Aquila, Cygnus, Cepheus y Cassiopeia). Su paso por Sagitario es el más brillante, simulando blancas nubecillas, por proyectarse frente al denso núcleo central de la Galaxia, especialmente si se le observa lejos de las luces de la ciudad y en lugares despejados y en noches sin luna. |
Fotografía de la Vía Láctea a su paso por Sagitario, dividida en dos bandas paralelas por la anteposición de materiales oscuros, polvo cósmico principalmente.
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Según la mitología clásica La Vía Láctea se formó de la leche de la diosa Hera (Juno), tan fuertemente succionada por Heracles (Hércules) infante, que se regó por el cielo como una alargada banda blanca. Heracles era hijo de Zeus (Júpiter) y Alcmena, una reina mortal seducida por Zeus, rey del Olimpo, quien aprovechó que Hera estaba dormida para acercar al niño que Zeus sostuvo mientras este se amamantaba de la lecha de quien no era su madre.
Esta escena mitológica está plasmada en un cuadro de Jacopo Tintoretto, pintor italiano de la época del Renacimiento. |
Los mapas están orientados con el Norte en el borde superior y la dirección Este a Oeste, (de izquierda a derecha), mientras las ilustraciones mitológicas de Hevelius se presentan invertidas de Oeste a Este, (derecha a izquierda), pues de la otra manera los nombres y signos ilustrados quedarían al revés en relación a los mapas que los acompañan.
LYRA (Lira)
La constelación de Lira cubre un espacio pequeño, pero contiene la brillante Vega de 1ª magnitud. Entre Beta y Gamma se encuentra la curiosa nebulosa planetaria M57 llamada Ring Nebula, (la Nebulosa Anular).
La constelación representa la lira de Orfeo, de música tan encantadora que hasta los animales se detenían a escuchar. Cuando murió Eurídice, su mujer, Orfeo convenció a Hades (Plutón), dios del submundo, para que ella regresara al mundo de los vivos con él. Su petición fue concedida bajo la condición de no mirar hacia atrás. Sospechando un engaño, Orfeo volteó la vista en busca de su mujer, quien de inmediato volvió con los muertos, obligando a Orfeo quedarse entre ellos. Zeus (Júpiter) convirtió su lira en una constelación.
Vega, o Alpha Lyrae, es la estrella principal de la constelación, la quinta más brillante entre las estrellas de primera magnitud (0.03), de color blanco azulada. Es también una de las más cercanas, distante 25 años-luz. Su nombre árabe es la contracción y corrupción de la palabra “Al Nasr al Waki”, que se traduce por “el buitre que desciende”.
Tamaños y formas comparativas
entre Vega (azul) y el Sol (amarillo). |
Entre otras curiosidades figura la estrella Épsilon de Lira, que se localiza muy próxima a Vega; es una estrella doble de 5ta magnitud, mejor observada con binoculares. Sus dos componentes están separados por menos de 1º y son detectables a simple vista en lugares sin luces ni lunas. Cada una de ellas es también doble, de modo que la estrella resulta cuádruple si se la observa con mejores telescopios. |
La nebulosa anular designada M57, o Ring Nebula, situada entre las estrellas Beta y Gamma Lyrae, (Sheliak y Sulafat). Se trata de una de las nebulosas planetarias, anacrónicamente así llamadas por su forma redondeada), producto de un gigantesca explosión que voló al espacio circundante su candente envoltura gaseosa, reduciendo el núcleo de la estrella original a “enana blanca”, apenas distinguible como una insignificante estrellita, perceptible fotográficamente en el centro de la nebulosa. M57 puede ser obsevada con telescopios de bajo aumento. |
AQUILA (Águila)
Esta constelación es muy antigua, se proyecta en el ecuador celeste al sur del Cisne es atravesada por la Vía Láctea. Según la mitología griega, representa al ave capaz de volar de cara al sol. Transportó al joven Ganímedes al monte Olimpo para servir de copero de Zeus (Júpiter). quien agradecido la ubicó entre las estrellas del cielo.
Su principal estrella es Altair, (α Aquilae) de primera magnitud (0.77), la cuarta más vecina al sol, situada distante 16.7 años-luz, (después de Alfa del Centauro, Sirio y Proción). Posee una rápida rotación, 140 veces más que la del sol, al extremo que su forma es achatada. Su nombre completo en árabe es “Al Nasr al Tair”, (el buitre que vuela), Junto con Vega de Lira y Deneb del Cisne forma el Summer Triangle. Altair está escoltada por dos estrellas vecinas de 3ª magnitud: Tarazed (γ Aquilae), al norte, estrella gigante pero lejana (460 años-luz), y Alshain (β Aquilae), al sur, una subgigante amarilla situada a 45 años-luz. Una cuarta estrella es Deneb El Okab, o (δ Aquilae), (“la cola del halcón”), situada al oeste de las tres antes mencionadas. |
Altair entre Tarazed y Alshain.
Arriba, Deneb El Okab. |
Nebulosa del Ojo Brillante NGC 6751
La constelación del Águila presenta numerosas nebulosas planetarias, dispuestas a lo largo de la Vía Láctea, formadas por la explosión de una estrella original que esparce sus gases alrededor de su núcleo, reducido a una remanente e insignificante “enana blanca” en el centro de la nebulosa.
CYGNUS (Cisne)
En la mitología griega, la constelación representaba al cisne bajo cuya forma Zeus (Júpiter) sedujo a Leda, madre de Helena de Troya. |
Otra estrella muy curiosa es Albireo (Beta Cygni), situada en el extremo opuesto a Deneb aunque de 3ª magnitud. Llamada por los árabes minqār al-dajājaja, “el pico de la gallina”. |
La segunda estrella en brillo es Gamma Cygni o Sad, (el pecho), de 2ª magnitud, a 1500 año-luz, se encuentra rodeada de numerosas estrellas telescópicas, antepuestas a la Vía Láctea, razón por la cual la constelación es rica en objetos lejanos, sobresaliendo entre estos las nebulosas de emisión llamadas Norteamérica (NGC 700) y Pelícano (IC5067), situadas junto a Deneb. |
CEPHEUS (Cefeo)
Según la mitología griega Cefeo y Casiopea eran los reyes de Etiopia y padres de Andrómeda. Enamorada de su figura, la reina decía ser más bella que las Nereidas, las ninfas de Poseidón, (Neptuno), dios de los mares, quien para castigar la osadía de Casiopea envíó un monstruo marino (Cetus), asolar las costas del pais. El afligido Cefeo acudió al oráculo quien le aconsejó sacrificar a Andrómeda, atada a una roca a orillas del mar, para que la devorase el monstruo. Por suerte, Perseo montando en el Pegaso, portando la cabeza decapitada de la medusa, petrificó el monstruo, librando a Andrómeda del castigo impuesto y posteriormente se casó con ella.
Los personajes de esta historia: Cefeo, Casiopea, Andrómeda, Perseo, Pegaso y Cetus fueron puestos en el cielo figurando como constelaciones. La estrella más brillante en la constelación es Alderamin (α Cephei), situada a 49 años y magnitud +2.4. Alfirk (β Cephei) es +3.2 magnitud, (con ligeras variaciones en su brillo), y se encuentra a 680 años-luz. La linea que une a estas dos estrellas prolongada 2 veces en dirección norte apunta a la Estrella Polar. Curiosamente ambas serán sucesivamente “estrellas polares” dentro de unos 7,000 años, a causa del desplazamiento del eje de la Tierra llamado Precesión de los Equinoccios.
Los personajes de esta historia: Cefeo, Casiopea, Andrómeda, Perseo, Pegaso y Cetus fueron puestos en el cielo figurando como constelaciones. La estrella más brillante en la constelación es Alderamin (α Cephei), situada a 49 años y magnitud +2.4. Alfirk (β Cephei) es +3.2 magnitud, (con ligeras variaciones en su brillo), y se encuentra a 680 años-luz. La linea que une a estas dos estrellas prolongada 2 veces en dirección norte apunta a la Estrella Polar. Curiosamente ambas serán sucesivamente “estrellas polares” dentro de unos 7,000 años, a causa del desplazamiento del eje de la Tierra llamado Precesión de los Equinoccios.
Errai (γ Cephei) de magnitud + 3.2, a 450 años-luz de distancia, es la estrella circumpolar de mayor magnitud en Nicaragua, completando su circuito enteramente sobre el horizonte, pasando debajo de la Estrella Polar durante su paso inferior, aunque difícil de observar en esa posición por pasar a ras del horizonte norte. Ninguna de las atrás descritas supera en fama a Delta de Cefeo, (δ Cephei), 2000 veces más luminosa que el sol y distante 800 años-luz, pues es el prototipo de las estrellas variables de corto período debido a sus pulsaciones que varían entre las magnitudes +3.48 y +4.37 que dicha estrella completa rigurosamente cada 5.366249 dias, ilustradas en la curva de variación adjunta.
El período de pulsación de esta clase de estrellas variables, llamadas “cefeidas”, está ligado a la luminosidad intrínseca o magnitud absoluta de la propia cefeida. Comparado este valor con la magnitud aparente con que se observa en el cielo, permite deducir su distancia en el espacio. Gracias a esta relación, (brillo real / brillo aparente), los astrónomos han podido medir la distancia de otras cefeidas cercanas y por ende las que se encuentran en las distantes nebulosas y cúmulos estelares, asi como también en Galaxias más lejanas.
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Las Estrellas principales de Cefeo.
Delta en esquina opuesta a Alfirk. Curva de variación de Delta Cephei.
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Nebulosas NGC 7023 y IC 1396, incluidas en el mapa de Cefeo.
CASSIOPEIA (Casiopea)
Esta constelación, según la mitología clásica, representa a la reina de Etiopía, esposa de Cefeo, cuya historia puede leerse en la constelación anterior. Se encuentra a unos 30º de la Estrella Polar, alrededor de la cual gira en posición opuesta a la Osa Mayor; de modo que cuando ésta se oculta tras el horizonte por el noroeste, aquélla se levanta sobre el noreste y viceversa.
La segunda constelación, sentada en su trono, presenta estrellas de 2ª magnitud que forman una especie de M abierta, localizada en dirección norte, equidistante entre Polaris y el cenit, tal como se observa en Nicaragua, Entre ellas figuran Schedir (alfa), Caph (beta), Tsih (gamma), Ruchbah (delta) y Seguir (épsilon). Presenta dos cúmulos globulares abiertos M52 y M103 con estrellas de 7ª magnitud propia para binoculares. En el mapa el norte es arriba, pero al observarla en el cielo su figura se invierte, con el norte en direccion a la Estrella Polar.
La segunda constelación, sentada en su trono, presenta estrellas de 2ª magnitud que forman una especie de M abierta, localizada en dirección norte, equidistante entre Polaris y el cenit, tal como se observa en Nicaragua, Entre ellas figuran Schedir (alfa), Caph (beta), Tsih (gamma), Ruchbah (delta) y Seguir (épsilon). Presenta dos cúmulos globulares abiertos M52 y M103 con estrellas de 7ª magnitud propia para binoculares. En el mapa el norte es arriba, pero al observarla en el cielo su figura se invierte, con el norte en direccion a la Estrella Polar.
PEGASUS (Pegaso)
Esta constelación, una de las más extensas del firmamento, bajando entre el cenit y el horizonte oeste. Se distingue por sus cuatro estrellas que forman un cuadrado casi perfecto con una prolongación hacia el oeste. Sus principales estrellas de 2ª y 3ª magnitud son: Markab (alfa), Scheat (beta), Algenib (gamma), completando el cuadro la más brillante Sirrah Alpheratz, que es parte de la vecina Andrómeda. Una cuarta estrella Enif (épsilon) ocupa el extremo más occidental de la constelación y muy cerca de la cual se ubica M15, un cúmulo globular fácil de descubrir con binoculares. La alineación Markab-Scheat está dirigida hacia el Norte; en sentido contrario apunta hacia Fomalhaut, estrella de 1ª magnitud en la constelación del Pez Austral en el hemisferio sur.